Que hacer cuando un niño convulsiona

¿Qué hacer cuando un niño convulsiona? En caso de ataque epiléptico, lo más importante es tratar de permanecer lo más tranquilo posible para no asustar más al niño con su propio estado de agitación y asistirle durante y después del ataque de la mejor manera posible: aunque los ataques pueden ser impresionantes y crear mucha tensión, en la mayoría de los casos cesan espontáneamente en 1-2 minutos sin dejar secuelas y casi nunca representan un peligro para la vida.

Los mayores riesgos están relacionados con los daños que puede sufrir el niño durante una caída al suelo.

Cuando un niño tiene una convulsión, deben seguirse las siguientes instrucciones:

Mantener la calma (este es un aspecto muy importante y lo más difícil).
Si el niño se cae, manténgalo tumbado de lado, para permitir que la saliva que pueda acumularse en la boca salga espontáneamente, pero sin intentar bloquear sus movimientos.
No introduzcas nada en la boca ni intentes abrirla a la fuerza (la lengua no se puede tragar ni es un obstáculo para la respiración) pero asegúrate de que no hay obstáculos para respirar (por ejemplo, ropa o almohadas).
Colocar una almohada o ropa suave bajo la cabeza para evitar traumatismos en el cráneo (debido al golpe de la cabeza contra el suelo u otros obstáculos) pero sin bloquear su movimiento.
Retire las gafas del niño, afloje la ropa ajustada.
Mantenga alejados del niño los objetos que puedan causar daños si se golpean durante un ataque convulsivo.
Invite a los niños presentes a salir y entréguelos a un adulto que pueda tranquilizarlos.
Compruebe la duración de la crisis con un reloj y observe bien lo que ocurre durante la crisis (por ejemplo, desviación de los ojos hacia un lado, presencia de descargas más en un lado del cuerpo que en el otro) para poder describirlo después al médico (esto es importante, ya que permitirá al médico que sigue al niño clasificar la crisis y establecer correctamente el tratamiento farmacológico).
Si la convulsión no cesa espontáneamente en 5 minutos, administre la medicación adecuada según las instrucciones médicas.
Al final de la crisis, calmar al niño, proporcionarle la ayuda necesaria: considerar que al final de la crisis el niño puede parecer cansado y a veces mentalmente confuso.
Si la crisis no se resuelve incluso después de tomar el medicamento, o si no tiene el medicamento (o si no tiene instrucciones claras sobre cómo administrarlo), llame al número de emergencias 112 en las regiones donde esté disponible, o llame al 118.

Un ataque epiléptico debe tratarse como una emergencia y, por lo tanto, debe llamar al 112 o al 118 inmediatamente cuando:

la crisis se produce en el agua (en el caso de actividades deportivas en una piscina, en la playa, etc.).
el niño se lesionó durante la caída o en la fase convulsiva;
una segunda crisis se produce inmediatamente después de que la primera haya terminado;
el niño no recupera la conciencia inmediatamente después de las convulsiones.