Cómo pesar correctamente a los niños
La medición del peso permite una evaluación global del estado nutricional del niño.
En los primeros meses de vida, cuando las capacidades expresivas y comunicativas del bebé son limitadas o difíciles de interpretar para los nuevos padres, el hecho de que el aumento de peso semanal sea de al menos 150 gramos es un indicador general del bienestar del bebé, ya que muestra que está comiendo lo suficiente y se encuentra en buen estado general.
Por ello, los recién nacidos son medidos al nacer y en el momento del alta hospitalaria y el pediatra pide a los padres que controlen el peso de su bebé semanalmente, al menos durante los tres primeros meses de vida.
¡Atención! Un aumento de peso inferior a 150 gramos por semana no implica la adición inmediata de leche formulada a la leche materna en los bebés amamantados o un aumento de la dosis de leche formulada en los bebés alimentados artificialmente. El hecho de haber crecido un poco menos de lo esperado no causará ningún daño al bebé. La situación debe ser comunicada a su pediatra que podrá darle algunos consejos para ponerlos en práctica antes de la próxima pesada semanal.
A título orientativo, a partir de los tres meses ya no será necesario pesar al niño cada semana. Sin embargo, el pediatra evalúa cuándo ya no es necesario el pesaje semanal y decide cuándo y con qué frecuencia debe pesarse al niño.
Por lo tanto, es importante pesar al niño. Hay que saber hacerlo bien. He aquí algunos consejos para los padres.
Cómo pesar correctamente a un niño
Lactantes y niños en el primer año de vida
Para pesar a los bebés y niños en el primer año de vida, se utilizan básculas que permiten una definición de 10 gramos (lo que significa que 10 gramos es el valor más pequeño que puede medir la báscula).
Las básculas utilizadas para pesar a los bebés en los primeros meses de vida pueden ser electrónicas o con pesas móviles (balanza).
Los movimientos del niño crean fácilmente oscilaciones que dificultan un poco, al menos al principio, la comprensión del peso real del niño. Sin embargo, es preferible utilizar las balanzas, ya que son más fiables: con un poco de experiencia aprenderás a encontrar, a pesar de las continuas oscilaciones de la barra con respecto al punto de equilibrio, la posición correcta del contrapeso en la barra (que debe estar en posición horizontal) y así determinar el peso exacto del niño. Sin embargo, en las básculas electrónicas, los movimientos del niño hacen que la pantalla se detenga aleatoriamente y se muestre el peso.
En los casos en que no se disponga de una báscula para niños pequeños, se puede pesar primero a un adulto sosteniendo al niño en brazos y luego a él mismo: el peso del niño se obtiene restando el peso del adulto del peso registrado con el niño en brazos. Evidentemente, se trata de una medida menos precisa.
Es importante estandarizar el pesaje semanal eliminando el mayor número posible de variables. A continuación, se debe pesar al niño:
- con la misma escala;
- el mismo día de la semana;
- al mismo tiempo;
- desnudo;
- con el estómago vacío.
En los niños pequeños, las deposiciones y la orina son variables no eliminables que también pueden dar lugar a diferencias significativas en la evaluación del aumento de peso semanal.
Cuándo se debe hacer una doble pesada
La doble pesada consiste en comprobar el peso del bebé antes y después de alimentarlo. El objetivo de este procedimiento es comprobar cuánto ha comido el bebé durante la toma única.
Suele recomendarse si la pesada semanal es insuficiente y existen dudas razonables de que el bebé no come lo suficiente. Para que tenga valor, debe realizarse durante todo un día: la suma de los valores obtenidos en las pesadas dobles individuales permitirá comprender cuánto come realmente el bebé durante todo el día y si es necesario realizar integraciones que deberán acordarse con el pediatra.
Niños de más de un año que pueden valerse por sí mismos
Para los niños mayores que ya son capaces de mantenerse en pie por sí mismos, se pueden utilizar balanzas de 100 gramos (son las balanzas normales que utilizan los adultos).
A partir del año de edad no es necesario pesar al niño con frecuencia: salvo en casos especiales (por ejemplo, episodios de vómitos o disentería u otras situaciones indicadas por el pediatra), será suficiente el pesaje realizado por el pediatra en las visitas al ambulatorio.
